Desde este martes 15 de julio, la jornada laboral en Colombia se reduce oficialmente de 46 a 44 horas semanales, como parte de la implementación gradual de la Ley 2101 de 2021. Esta medida, que no afecta el salario ni las prestaciones de los trabajadores, busca mejorar el equilibrio entre vida personal y trabajo, sin comprometer los derechos adquiridos.
La jornada diaria sigue limitada a 8 horas, distribuidas entre las 6 a. m. y las 7 p. m., y cualquier tiempo adicional se considera hora extra con recargo del 35%. El ajuste también contempla aumentos progresivos en los recargos dominicales, que pasarán del 80% en 2025 al 100% en 2027.
En Cali, como en otras ciudades del país, empresas de sectores como comercio, gastronomía y logística enfrentan retos para adaptar sus turnos sin afectar la productividad. Según Fenalco, el costo por hora trabajada podría aumentar hasta un 6%, impactando especialmente a las mipymes. No obstante, estudios como el de Acrip revelan que más del 80% de los empleadores cree que la reducción mejora el bienestar laboral.
La medida también podría atraer a jóvenes al mercado formal, al priorizar la flexibilidad y la permanencia. Expertos como Juliana Morad, del Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana, destacan que este cambio representa una oportunidad para repensar modelos de trabajo más sostenibles y humanos.
Para 2026, Colombia alcanzará la meta de 42 horas semanales, alineándose con estándares internacionales de bienestar laboral.