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Aranceles del 10 % y advertencias por licencias y licitaciones

Escrito por Redacción | Jun 26, 2025 8:14:19 PM

Una delegación de alto nivel del sector privado colombiano, encabezada por Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, viajó a Washington para intentar recomponer los lazos comerciales con la administración de Donald Trump. Aunque el viaje no fue coordinado con el gobierno de Gustavo Petro, los empresarios se reunieron con el embajador Daniel García-Peña y compartieron avances de sus encuentros con funcionarios de Estado, Comercio y Agricultura de EE. UU., así como con congresistas y centros de pensamiento.

La lista de “irritantes” que incomoda a Washington

Durante las reuniones, los funcionarios estadounidenses entregaron una lista de obstáculos que, según ellos, deben resolverse para restablecer la confianza comercial. Entre los puntos más sensibles están:


- Nueva certificación para importación de vehículos y autopartes, que afectaría a la industria automotriz estadounidense.
- Incumplimiento del TLC en materia de chatarrización de camiones.
- Licitación de almacenamiento de datos en la nube, que EE. UU. considera discriminatoria.
- Posible exigencia de licencias previas para importar productos farmacéuticos, lo que inquieta a la industria norteamericana.

Desde abril, el gobierno de Trump impuso un arancel del 10 % a todas las importaciones, lo que ya impacta a productos colombianos como flores, café y banano. Según los empresarios, si Colombia corrige los “irritantes”, Washington estaría dispuesto a reconsiderar los aranceles y negociar mejores condiciones.

Mientras países como Chile y Ecuador avanzan en acuerdos bilaterales con EE. UU., Colombia enfrenta el reto de equilibrar su política comercial soberana con la necesidad de mantener acceso preferencial al mercado estadounidense. La pelota está en el campo del Gobierno Petro, que deberá decidir si ajusta su estrategia o asume las consecuencias de una relación cada vez más tensa.

En un mundo donde los acuerdos comerciales son tan políticos como económicos, esta lista de “irritantes” podría convertirse en el termómetro de una relación que, aunque histórica, ya no es incondicional.